Quién iba a pensar que no me molestaría en lo más mínimo no dormir, durante semanas, las ocho horas y media a las que me he acostumbrado.
Componer y producir entre 10 o 14 horas diarias se ha vuelto una adicción. Todo el día ando como electrizado y no pienso en otra cosa que la canción en la que estoy trabajando. No he comprado períódicos (uno de los rituales más arraigados que he desarrollado en el transcurso de mi vida), no he visto los noticieros y ni siquiera he probado algunos vinos que reposan en mi refrigerador. Tampoco he tenido tiempo de cocinar.
No he terminado de leer un par de libros que me tenían hechizado, uno es el Rip it Up and Start Again de Simon Reynolds y el otro The genius of John Ruskin -selection from his writings-. Espero volver a ambos en cuanto la música lo permita, pero por ahora, la música no acepta amantes.
Por ahora la vida es así, mi vida es así. En cuanto tenga el disco listo, habrá tiempo de amigos, de reuniones, de desvelos, de cenas, de vinos.
Ahora sólo hay tiempo de música.
Ya llamaré a los que no he tenido tiempo ni de extrañar, pero que saben que son parte de la película de mi vida. Ahora no querrían ni verme y mucho menos escucharme. Sólo hablo de lo que estoy componiendo y de las ideas que tengo para mis siguientes canciones y eso me hace un ser muy aburrido.
Pronto volveré, por ahora estoy ido.
Y así estaré por tres o cuatro meses más...
ps: Mi casa es muy fresca, aun en los dias de sol fulminante del verano. Así que si no salgo de mi espacio, no me doy cuenta del clima. He ido a comer un par de veces al malecón en estas tres semanas y disfruto mucho ver el mar con el sol del pleno verano, la gente bañándose y las olas calmas, y se me ha antojado poner pausa al dia de trabajo y pedir más tostadas de ceviche y algunas cervezas, pero no lo he hecho. No debo hacerlo.
Este verano lo pasaré encerrado en el estudio.
Lástima! El clima es espectacular en Tijuana en estos dias.
Ya vendrán otros veranos...