Prohibir los narcocorridos es una estupidez!.
No hay argumento vàlido alguno que abone a favor de prohibir la mùsica.
Quièn lo piense asì, se equivoca.
Se equivoca la derecha panista mojigata y casi siempre poco leìda al creer que la prohibiciòn de un sub-gènero musical es el camino para acabar con la delincuencia. Se equivoca el nuevo presidente la Cámara Nacional de la Industria de la Radio y la Televisión (CIRT), delegación Baja California, Luís Carlos Aztiazarán Orci-priìsta, por cierto-, al pensar que no se escucharàn màs los narcocorridos si no se programan en las estaciones de radio de sus afiliados.
Afortunadamente tenemos el internet que sigue siendo libre.
Todos estamos hasta la madre con la delincuencia que padece esta ciudad y en particular con los asesinatos, los secuestros, los descabezados y los pendejos que se creen reyes del universo por pasear en su Cheyenne y cargar un cuerno de chivo. Pero prohibir la mùsica en nada solucionarà todo esto.
Quizà la primer canciòn de mùsica norteña que aprendì de memoria, como a los 14 años, es el corrido a Lamberto Quintero -un narcocorrido-. Cada vez que voy a un restoràn de mariscos y aparece el conjunto norteño, siempre es una de las canciones que pido me canten. Y la seguirè pidiendo, a pesar de la estùpida prohibiciòn panista.
El narcocorrido refleja una realidad palpable en nuestro paìs y particulamente en nuestra ciudad. El narcocorrido es un cruel anecdotario del fracaso del sistema polìtico, econòmico y social de nuestro paìs. Sobre todo, es un reflejo del fracaso del sistema Educativo y quizà por eso moleste tanto al Gobierno y a las buenas conciencias. El hecho de que en una canciòn se hable de armas, ejecuciones y de los personajes involucrados en el narcotràfico (incluyendo la participaciòn de autoridades corruptas) no es màs que un reflejo de los tiempos que nos tocò vivir.
Si se prohibe La Realidad, ya nada nos queda, sino irnos a vivir a Disneylandia!
El hecho de que no hayan dejado presentarse a dar un concierto a Los Tucanes de Tijuana, el fin de semana pasado, debido a que entre su extenso repertorio musical, hay algunos narcocorridos, es una estupidez mayùscula.
Por si fuera poco, he leìdo a algunos que quieren prohibirles a Los Tucanes de Tijuana que utilicen la palabra Tijuana en el nombre del grupo.
Ante todos ellos me persigno y les digo: si seràn pendejos!
A veces es bueno leer antes de opinar. A todos los prohibicionistas, les recomiendo dos libros sobre el tema, mìnimo para que conozcan el contexto històrico, la relevancia y la contribuciòn de la mùsica que quieren prohibir:
El de nombre Narcocorrido (a journey into the music of drugs, guns and guerrilla) de Elijah Wald y el de mi amigo Jose Manuel Valenzuela de nombre, Jefe de Jefes (corridos y narcocultura en Mèxico).
Y como despedida, aquì les dejo una interpretaciòn del corrido a Lamberto Quintero interpretado por Los Cadetes de Linares.
Corrido a Lamberto Quintero
Un día veintiocho de enero
como me hiere esa fecha
a don Lamberto Quintero
lo seguía una camioneta
iban con rumbo al Salado
no mas a dar una vuelta.
Pasaron el Carrizal
iban tomando cerveza
un compañero le dijo
nos sigue una camioneta
Lamberto sonriendo dijo
pa que son las metralletas.
Ya cerquita del Salado
rugieron dos R-15ahí dejaron a un muerto
enemigo de Lamberto
quisieran que fuera cuento
pero señores es cierto.
Un hombre fuera de serie
alegre y enamorado
platicando con su novia
el estaba descuidado
cuando unas armas certeras
la vida le arrebataron.
Clínica Santa Maria
tu vas a ser mi testigo
dos días después de su muerte
vuelven a sonar los tiros
ahí murieron diez hombres
por esos mismos motivos.
Puente que va a Tierra Blanca
tu que lo viste pasar
recuérdales que a Lamberto
nunca se podrá olvidar
yo por mi parte aseguro
que hace falta en Culiacán.