Thursday, April 26, 2007


Juan Guzman


Lo vi entrar al edificio de departamentos en el que habito. Lentes cuadrados grandes estilo nerd de los sesentas, chamarra vieja de piel negra, jean azules, con aproximadamente cincuenta años a cuestas -o por lo menos eso aparenta, aunque no me extrañaría que tuviera muchos menos- y la mirada desorientada. Subió la escalera que da a los departamentos de arriba y cuando bajó, tocó a mi puerta. Al asomarme al umbral y abrirla, me di cuenta que traía en las manos un bloque de libros, de los cuales toma uno y me lo muestra. El libro se titula: Clemen -libro de poesías-.

Me dice: yo soy Juan Guzman, el autor y estoy vendiendo este libro de poesías, el cual es una antología de mis mejores poemas. Le gusta leer, me pregunta. Le contesto que sí. Me dice que vale 30 pesos. Busco en el pantalón y encuentro dos monedas de diez pesos y dos de cinco y se las doy. Me entrega el libro y me dice, en unas semanas vuelvo, para que me diga qué le pareció. Sonrio. Se va. Hojeo el libro de 22 páginas y veo que en la mayoría de los poemas hace alusión a la rosa como sinónimo de belleza, en algún otro invoca a Venus y el poema de la página 19 es un acróstico titulado Clemencia Clemente Medina. Sonrio otra vez y veo cómo toca a la puerta de mi vecina y alcanzo a escuchar su negativa a comprarle el libro. Lo veo salir por el cancel que da a la calle, voltea a todos lados y sube la cuesta que da hacia otras casas. Camina lento y pesado, como quién tiene una misión en la vida, pero no tiene prisa en alcanzarla y pienso: ese cabrón, tiene güevos...