Hace unos dias, discutíamos via internet sobre la globalización sus filias y sus fobias. Una amiga que hace su doctorado en Holanda -chica de izquierda of course-, mandó un video que yo critiqué en su contenido, sobre todo en sus infantiles planteamientos económicos. Después ella, me citó a Adorno, un autor que hace varios años me encargué de leer horas , horas y horas, el cual se equivocó rotundamente en sus ensayos de apreciación musical, en su snobismo -marxista?- sobre las grandes diferencias que según él existían entre "alta cultura" y "cultura popular", etc. Sin embargo, los ensayos de Adorno sobre "mass culture" y" culture industry" -disculpen ustedes que lo haya leído en inglés- son fundamentales para poner sobre la mesa, temas de reflexión fundamental que siguen muy vigentes hoy en dia. Creo que si le quitamos dos rayitas de paranoia a sus planteamientos, tenemos mucho sobre qué conversar.
Sobre sus posturas snob-marxistas de las supuestas diferencias -y amenazas- entre la música popular y lo que él consideraba "basura" como El Jazz y la música pop, se ven absolutamente rebasados con tan sólo ponerle PLAY a una canción de Piazzolla.
Ayer hablaba con Jorge Verdín sobre el nuevo libro de Naomi Klein que él está leyendo y me hablaba fascinado de su contenido y eso que apenas iba en la página 123. Yo de Naomi Klein -"la piernuda inteligente"- he leído el extraordinario libro No logo, pero muero de ganas de darle un entre a The Shock Doctrine -the rise of disaster capitalism-
Al final de todo, en ambos casos, hablábamos de globalización.
Repasaba algunos post que escribí hace tiempo y en uno que escribí el miércoles 4 de junio del 2003, me dí cuenta que hablaba de esto mismo y también me di cuenta que tengo varios años juntándome con "el Daniel Salinas" y Carol.
como dice la canción: "el tiempo pasa..."
Aquí les hago copia de ese post globalizador:
Leyendo el blog de Daniel Salinas, recordé mis tiempos de oposición radical a la globalización cuando era un pupilo en la Facultad de Economía.
Ahora la vida, la madurez (yeah rigth!) y algunas lecturas me han enseñado que como bien dijo el escritor más odiado y querido a la vez, en éste maravilloso país: "la globalización es como una gran máquina que hay que cuidar permanentemente y enceitarle sus partes cada vez que lo requiera".
No se puede creer ciegamente en la globalización, porque en un descuido nos come a todos de un bocado, pero también estoy cierto de que como bien dijo ese snob novelista peruano naturalizado español (Vargas Llosa): "en éstos tiempos: estar en contra de la globalización , es como estar en contra de la ley de la gravedad".
De este tema apasionante podría escribir páginas y páginas, que al fin y al cabo, estuve nueve semestres de mi vida sumergido de lleno en ésta temática, pero al final de cuentas la línea se tiende entre los lineamientos del FMI-los Chicago Boys y Noam Chomsky-Naomy Klein. Ninguno de los bandos tiene la razón plena, pero es necesario leerlos para entederlos a ellos y a sus oponentes ideológicos.
Todo en la vida es cuestión de negociar o en términos más humanos y menos económicos: todo en la vida es cuestion de pedir y conceder.
Desde el amor hasta la Economía...