Saturday, April 28, 2007


a passagem das horas (II)


es el nombre de un poema que Fernando Pessoa firma con el heterónimo de Álvaro de Campos.

Hoy por la mañana retomé mis antologías poéticas de Pessoa, como lo hago cada año y me volví a encontrar.


Aquí una traducción personal de un fragmento del poema en cuestión:


Sentirlo todo de todas la maneras,

tener todas las opiniones

ser sincero contradiciéndose a cada minuto,

desagradarse a sí mismo por la plena libertad de espíritu

y amar a las cosas como Dios.


Yo que soy más hermano de un árbol que de un obrero,

yo, que siento más el supuesto dolor del mar al pegar en la playa

que el dolor real de los niños a los que pega

(ah, que falso es esto, pobres niños a los que pega-

Y por qué mis sensaciones se regresan tan de prisa?)


Yo, en fin, que soy un diálogo continuo,

un hablar alto incomprensible, alta noche en la torre,

cuando las campanas oscilan levemente sin que mano alguna las toque

y da pena saber que hay vida que vivir mañana.

Yo, en fin, literalmente yo,

y yo metafóricamente también,

yo, el poeta sensacionista, enviado del Acaso

a las leyes irrepetibles de la vida,

yo, el fumador de cigarrillos por profesión adecuada,

el individuo que fuma opio, que toma ajenjo, pero que, en fin,

prefiere pensar en fumar opio a fumarlo

y encuentra más suyo mirar al ajenjo bebiendo que beberlo...

Yo, este degenerado superior sin archivos en el alma,

sin personalidad con valor declarado...