cuidado con los escritores!
Mujeres de esta y todas la latitudes, las prevengo de una vez por todas: ¡tengan cuidado con los escritores!. A mis amigas que veo de vez en vez, les he dicho esto con frecuencia, los escritores regularmente son seres muy piratones e inestables -más que los músicos-, casi siempre guardan cierto rencor hacia el mundo; de niños su mamá nos les ponía demasiada atención -cosa que ahora buscan desesperadamente- y su papá les repetía varias veces que eran unos buenos para nada -cosa que quieren demostrar falsa con cada texto que les publican-. Por eso se encierran en sus cuartitos a escupir toda clase de fantasías y diatribas contra la humanidad que nos les comprende, ni les comprenderá, porque ellos se sienten estar por encima de todos nosotros los simples mortales. En verdad hay pocos escritores divertidos, muy pocos. La mayoría son sabelotodos insoportables, y si es difícil lidiar con ellos como amigos, imagínense cómo serán de parejas sentimentales. Mejór enamórense de un doctor, un arquitecto, un profesor de ciencias naturales o de botánica. Seguro que serán más felices y tendrán al menos un sueldo seguro con el qué contar cada quincena.
No me creen? Aquí les dejo un botoncito de muestra:
http://www.cronica.com.mx/nota.php?id_nota=327332
Mujeres de esta y todas la latitudes, las prevengo de una vez por todas: ¡tengan cuidado con los escritores!. A mis amigas que veo de vez en vez, les he dicho esto con frecuencia, los escritores regularmente son seres muy piratones e inestables -más que los músicos-, casi siempre guardan cierto rencor hacia el mundo; de niños su mamá nos les ponía demasiada atención -cosa que ahora buscan desesperadamente- y su papá les repetía varias veces que eran unos buenos para nada -cosa que quieren demostrar falsa con cada texto que les publican-. Por eso se encierran en sus cuartitos a escupir toda clase de fantasías y diatribas contra la humanidad que nos les comprende, ni les comprenderá, porque ellos se sienten estar por encima de todos nosotros los simples mortales. En verdad hay pocos escritores divertidos, muy pocos. La mayoría son sabelotodos insoportables, y si es difícil lidiar con ellos como amigos, imagínense cómo serán de parejas sentimentales. Mejór enamórense de un doctor, un arquitecto, un profesor de ciencias naturales o de botánica. Seguro que serán más felices y tendrán al menos un sueldo seguro con el qué contar cada quincena.
No me creen? Aquí les dejo un botoncito de muestra:
http://www.cronica.com.mx/nota.php?id_nota=327332