Y sigue la racha de sueños extraños. Anoche soñé que estaba con la periodista Denise Maerker y que ella quería cruzar hacia U.S.A., pero había mucha cola. Yo le decía, "no te preocupes, vámonos en mi globo y así nos evitamos la fila." De pronto llegamos a un cerro y allí tenía yo estacionado mi tremendo globo. Caballerosamente le di la mano para que subiera y empezamos a volar cruzando la frontera. En eso - en el mundo real- sonó el teléfono, era mi madre que me llamaba desde Oaxaca, pidiéndome que le recordara a mi hermano que le hiciera un depósito a su cuenta. Muy inoportuna mi madre, venía lo mejor del sueño, supongo. Aunque yo conozco desde hace tres años, al amor de Denise, en el mundo real, alomejor en el múndo onírico, hasta me hubiera dado un beso. Ya será para otro sueño...
Acá en este ranchote que llaman Tijuana, el periódico Frontera, cambió de formato y ahora se lee más cómodamente como tabloide, pero falta que cambien mucho en su contenido. Sigue siendo lo mejorcito que tenemos en Tijuana, comparado con lo que hay. Pero siempre es bueno ser comparado con lo que no hay -aquí-, y si hacemos ese comparativo, el Frontera, nos queda debiendo mucho. Pienso en un Clarín, en un El País, en un Liberation, en un Correio de Manha, etc.
Estoy aprendiendo a no decir, "nunca más". Cuando crees que el "nunca más" es posible, éste se convierte en "ahora".Y luego te preguntas del por qué le apostaste al "nunca más", y recuerdas lo bueno que fue antes de que se convirtiera hipotéticamente en un "nunca más".
De ahora en adelante nunca más, voy a decir "nunca más".
Ayer me preparé un guacamole de tres aguacates. según yo eso me bastaría para tener guacamole listo para los siguientes tres dias. Por la noche ya no quedaba rastro de nada.
Moraleja: preparar de hoy en adelante, el guacamole, con un solo aguacate. Sino todo termina en goloseada.
Pasando a cosas menos importantes, en este país, se sigue politizando con un tema que deberia resolverse mediante un análisis técnico y económico: El Petróleo.
Pienso que se deben analizar los esquemas utilizados por otros paises y que les han resultado exitosos económicamente. Porque al final, de lo que se trata es de que el petróleo genere la mayor riqueza posible para todos los mexicanos. También sería bueno que una vez que esta riqueza se genere, se nos dieran cuentas claras sobre el destino de la misma, pero bueno, ese es otro tema.
Sin ser un experto y antes de entrarle de lleno a las cuestiones técnico-económicas, de las que expertos en la materia deben de dar asesoría a nuestros "honorables" diputados y senadores. Es evidente para el 99% de los mexicanos (no hace falta referendum), sospechamos -con justa razón y evidencias a plena luz, nomás chequen el yatecito de arriba-, que los líderes del sindicato petrolero son un cáncer que afecta la paraestatal y que el mal manejo de recursos, la venta de plazas y demás transitas, son fácilmente comprobables.
Lo primero que se debe hacer, es renovar al sindicato petrolero y encarcelar a las ratas que de allí se han servido durante décadas con la chuchara grande. Hace pocos días apareció una foto del yate de lujo, el penthhouse playero y el Rolex (nada barato), que porta el líder sindical de los trabajadores del petróleo, Carlos Romero Deschamps. Si con eso no pueden comprobar, el principio de las transas millonarias que allí se manejan, es porque realmente no se tiene voluntad. Y eso , convierte al gobierno actual, en cómplice.
El tema del petrolero está tan politizado , que en lugar de hablar de soluciones, mediante análisis económico-técnicos, la cuestión se centra en la posibilidad de hacer un referendum, para preguntarnos qué opinamos al respecto. A mi nunca me ha gustado opinar de lo que no se.
Sobre este tema politizado y el posible referendum, encontré en la columna que escribió hace una semana Luis González de Alba, grandes coincidencias:
Referéndum: “¿Traicionaría usted a la patria?”
Lunes, 9 Junio, 2008
El pueblo mexicano es infinitamente sabio y no se equivoca, dicen las sirenas que le cantan al oído en plena tormenta mundial de precios enloquecidos, tanto en alimentos como en petróleo. Así que nada mejor que ir a preguntarle al pueblo cómo capitalizar Pemex para salvarla de la quiebra en que se encuentra: único caso en el mundo. Hay una magnífica respuesta que no requiere referéndum ni plebiscito: dejar de extraerle capital a la petrolera del gobierno.
Pero esa pregunta conduce a otra: esa extracción de capital a Pemex forma 40 por ciento del presupuesto federal para educación pública, carreteras e infraestructura, policía, Ejército, Marina. Si no lo tomamos de Pemex, ¿de dónde? La respuesta no es tampoco difícil: de una profunda reforma fiscal dirigida al consumo: que pague más quien más compre.
Eso implica que todo, sin excepción, pague el mismo impuesto: Fox propuso bajar el IVA de 15 a 10 por ciento, pero generalizarlo. Aullaron las enlutadas plañideras y se arrancaron con las uñas la piel de las mejillas: ¡Pagar impuestos en alcachofas, gruyere, filete, leche deslactosada! ¡Es un atentado contra los pobres!
Hagamos un referéndum más amplio que el propuesto por el obradorismo para Pemex. No lo limitemos a si quiere usted pagar impuestos en alimentos y medicinas (excepto canasta básica), sino en general: “¿Quiere usted pagar impuestos”? Sí o no. Les ahorro los cientos de millones que costaría la consulta y cobro la décima parte: la respuesta tumultuaria es NO. O sea que algunas decisiones de gobierno son y serán siempre impopulares, pero necesarias y, por lo mismo, impuestas, como los impuestos que de ahí toman su nombre: hay que pagar y se callan.
Ningún país, ningún Estado podría subsistir sin imponer normas que no nos gustan. En Oaxaca, me cuenta un buen amigo, vio a una mujer subir a un camión urbano con toda su familia y una sandía; con una llave de puerta, cerda por supuesto, partió la sandía sobre su minifalda estrecha, la hizo pedazos que repartió entre los chilpayates que la devoraron escupiendo las semillas al pasillo. La falda se le empapó de jugo rojo que le escurrió sobre los muslos. A otra le preguntó su niño qué hacer con el casco de Coca Cola: “Tíralo por la ventanilla”. Ahora, vaya alguien e interrogue a esos sabios miembros del pueblo popular si la ciudad debe estar limpia. Responderán que sí… que otros deben barrer. No hay ciudades sucias, hay ciudadanos marranos. Pero la sabiduría popular del pueblo es indiscutible, nos dicen.
El mejor ejemplo de cómo la pregunta en un referéndum puede tener el mismo contenido y variar por completo los resultados se lo leí a Raúl Trejo Delarbre en La Crónica:
“¿Está usted de acuerdo en que la Constitución mexicana sea transgredida y que el patrimonio de la nación y de nuestros hijos que constituye la riqueza petrolera sea entregado a manos extranjeras mediante la concesión a codiciosas empresas trasnacionales de las tareas de exploración de crudo en aguas profundas?”.
“¿Está usted de acuerdo en que la Constitución mexicana sea transgredida y que el patrimonio de la nación y de nuestros hijos que constituye la riqueza petrolera sea entregado a manos extranjeras mediante la concesión a codiciosas empresas trasnacionales de las tareas de exploración de crudo en aguas profundas?”.
O bien
“¿Está usted de acuerdo en que a fin de contar con la inversión indispensable para aprovechar plenamente los yacimientos petroleros en aguas profundas Pemex se asocie con empresas internacionales que cuentan con capital, infraestructura y recursos suficientes para respaldar esa área del desarrollo energético en beneficio de todos los mexicanos?”.
Se refieren al mismo asunto y con el mismo número de palabras. Los resultados serían diametralmente opuestos. Como López opina que llamar a inversionistas privados es traición a la patria, y por tanto lo son las leyes reglamentarias de la expropiación petrolera, la pregunta puede ser más sencilla:
Se refieren al mismo asunto y con el mismo número de palabras. Los resultados serían diametralmente opuestos. Como López opina que llamar a inversionistas privados es traición a la patria, y por tanto lo son las leyes reglamentarias de la expropiación petrolera, la pregunta puede ser más sencilla:
“¿Está usted de acuerdo en traicionar a la patria?”
Sí o No.
López y sus paniaguados conocen la urgencia de abrirse a los contratos de riesgo, como ya hace Cuba y gana, tanto que en su Proyecto Alternativo de Nación lo proponen, pero se les da con pasmosa facilidad la más vulgar demagogia. Y hay todavía un 16 por ciento que, según encuestas, volvería a votar por ellos. Se puede ver el número como una caída estrepitosa. También como un escandaloso índice de resistencia a las evidencias y de conservadurismo en un pueblo atado a sus mitos más pedestres. Tanto que a diario la Virgen de Guadalupe se aparece en tinacos y paredes chorreadas. Lo dice el muy sabio pueblo mexicano al que también le debemos preguntar si perforar con barrenas W7R o WR3.
http://www.luisgonzalezdealba.com/
Luis González de Alba es un escritor mexicano, periodista y divulgador de la ciencia. Ha publicado novela, ensayo, poesía y artículos en diarios y revistas. Fue integrante del Consejo Nacional de Huelga, que encabezó el movimiento estudiantil de México en 1968. El 2 de octubre de ese año fue aprehendido en Tlatelolco. Estuvo recluido en la cárcel de Lecumberri, ubicada en México, D.F., donde escribió su primera novela, "Los días y los años", un relato del movimiento del que tomó parte.
Fue fundador del diario La Jornada, del Partido Socialista Unificado de México (PSUM), del Partido Mexicano Socialista (PMS) y del Partido de la Revolución Democrática (PRD). Actualmente no milita en ninguno.
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ps: la foto de arriba, es del Yate del lider petrolero mexicano, Carlos Romero Deschamps.