Wednesday, June 4, 2008

estos dias


Realmente no quise hacer nada en este cumpleaños. No tenía ganas de armar una gran fiesta en mi casa. Me aflojeraba la idea de ser anfitrión. Tampoco quise citar a mis amigos en algún bar de la ciudad y celebrar, y me apetecía menos, salir a cenar. Fui dejando pasar los dias y tuve uno de los cumpleaños más tranquilos de los que tenga yo memoria. No descarto la idea de festejar en los próximos dias, pero el 31 de mayo pasado, realmente no andaba de ese humor.
El domingo primero de junio, me dediqué, sin hablerlo planificado, ha pensar y repensar en mi vida. Se que es ridículo ver a los cumpleaños como ciclos, fechas fatales o como nuevos comienzos, pero inevitablemente, este, así lo viví. Llegué a varias conclusiones, entre las que todavía recuerdo, es la de haber alejado de mi vida a algunas mujeres maravillosas que no merecía en el pasado, por miedo a tantas cosas absurdas, que citarlas aquí, sería ridículo. Otras mujeres, simplemente no están en mi vida, porque sabían menos de lo que querían de la suya.
Me gustan los conciertos, me gusta salir a cenar, me gusta ver a mis amigos, me gusta armar y desarmar al mundo en una tarde, me apasiona la poesía portuguesa, y me encanta pasear por las calles del centro de la ciudad de noche, pero me importa un bledo cuál es el nuevo lugar al que todo mundo va, y me importa todavía menos, ver al fin de semana como un escaparate para mostrarme al mundo.
Se que me gustan las mujeres que parecen mujeres y que se arreglan como mujeres. Me gusta que las chicas usen desodorante y que se peinen, pero no soporto que esten obsesionadas por comprar -con dos semanas de su salario- la última bolsa que el nuevo diseñador de moda ha lanzado al mercado y que aparece en tooooodas las revistas.
Quisiera ser más tolerante, pero Dios sabe que no puedo. Y eso que soy ateo.
Como alguna vez me dijo mi compañero de batallas nortecas, Jorge Verdín, mientras cenábamos unas sardinas, cuando yo le propuse que le iba a presentar a la amiga de una ex-novia: "nomás con que la morra no me salga que le gusta Benny Ibarra y ve telenovelas, todo está bien."
Reí a carcajadas un par de minutos, mientras pensaba que yo soy igual y que aunque somos capaces de aguantar tantas cosas de una mujer -vaya que las hemos aguantado!-, hay algunas cosas, que para muchos serán triviales, pero que para nosotros, son realmente fundamentales para poder tenerle un mínimo de respeto a una mujer, no se diga para llegar a amarla.
Lo comprendí cabalmente y me terminé el ruby porto que tenía frente a mi.
Nunca le presenté a la chica en cuestión, porque la verdad, tenía serias dudas de sus gustos musicales y no quería reclamos ante tan puntual advertencia.

Los tiempos son difíciles acá, no recuerdo haber escuchado a tanta gente, quejándose de la situación económica. Ya para que mis amigos que viven en San Diego se unan al coro del desencanto económico, supongo que no es sólo una percepción mia. Mientras los estúpidos políticos mexicanos se desgarran las vestiduras en debates y posibles encuestas sobre la posibilidad de permitir la inversión privada en la exploración, refinación y distribución del petróleo, el país está que ya no aguanta. Claro, mientras ellos sigan percibiendo sueldos mensuales que la mayoría de los mexicanos no alcanzan ni trabajando el doble durante un año, supongo que para ellos no hay prisa. Todo está muy bien.
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Otra cosa que ha llamado mi atención es el futbol mexicano. Y no porque de pronto me interese aprender sobre las mil y un estrategias posibles que hay para que un hombre en shorts meta un balón de una patada en una red que protege otro hombre en shorts. Sino por lo ridículo que me resulta que a un entrenador de futbol -que por cierto es un juego de pelota. No lo olviden, muchachitos- le paguen 4.5 millones de euros al año. Algo así como 7.2 millones de dólares.
A mi me parece ridículo. Habrá alguna profesión verdadera (arquitectura, medicina, abogacía, economía, periodismo) en la que se gane parecido?
Si yo tuviera un hijo, en lugar de inscribirlo en la escuela para que sea un profesionista, lo pondría a ver futbol todo el dia, le compraría todos los manuales y tácticas existentes sobre el juego de pelota y ya más grandecito lo mandaría a una escuela de entrenadores de futbol -si es que tal cosa existe-. Creo que sería la mejor forma de asegurar su futuro económico. Si desde los seis años lo encamino, creo que para los 18, por lo menos ya sería el entrenador de los Xolos de Tijuana, si es que para entonces, todavía existen.
Por supuesto que yo voy a ser su representante y cobro el 15% de comisión.
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De regalo de cumpleños, recibí un disco de Kraftwerk, edición mexicana de 7" de 1981, de la canción que conocemos como Pocket Calculator. Pero por ser una versión mexican, en la portada amarilla, junto a una calculadora y un dedo índice, dice: Kraftwerk, La Calculadora de bolsillo.
Una joyita rara!
Así las cosas en el año 2008, en este mundillo bizarro que se llama Tijuana, México, en donde me tocó vivir...