De Tijuana se puede decir todo, menos que perderás la capacidad de asombro sobre lo que pasa. Las palabras: secuestro, asalto, metralletas, balas, rescate, denuncia, amenazas, corrupción, entre otras. Son parte del habla cotidiana de los tijuanenses.
Hace rato fui a mi recámara, en donde habia dejado prendida la televisión y la noticia estaba en vivo y a todo color, se trataba del reporte, sobre el acorrolamiento de un comando armando por parte de la policía en el Fraccionamiento Guillen de La Mesa. Un fraccionamiento que conozco bien, ya que en una de las calles que lo cruzan, la calle Bacatete, yo tenía una novia a la que visitaba frecuentemnete cuando tenía 19. Buenos tiempos eran aquellos. Ahora ya no lo son. El reportero anunciaba que los malandrines andaban brincando casas de techo en techo y arremetiendo con ráfagas de metralleta contra los policías. La recomendación para todos los habitantes del área, incluyendo los de la calle Bacatete, es tirarse al suelo y abstenerse de asomarse por las ventanas.
No recuerdo haber escuchado por televisión cosa similar, en toda mi vida que llevo en Tijuana.
No cabe duda que en esta ciudad uno vive entre el asombro y el susto...
update: según reportes, dicen que los malandros estan utilizando las frecuencias de radio de la policía para advertir que si no los dejan escapar, van a matar a las personas que tienen en su poder. Por lo cual podemos deducir que se trataba de un secuestro. Otro más!
Así las cosas...